No cabe duda que Maléfica es uno de los estrenos del año. No sólo por la historia completamente revisitada que Disney le dio a La Bella Durmiente y sus “verdaderos” orígenes, sino también, por el estilo y la potente interpretación de Angelina Jolie, en uno de los mejores papeles que le hemos visto.

La historia es simple. La bruja malvada que pone a dormir a la bella de la historia, en realidad siempre fue buena (al menos para esta película), era hermosa, era un hada (llamada Maléfica), que actuaba como guardiana de su mundo, que lo protegía de los humanos y que no temía usar sus notables poderes para establecer el orden cada vez que era atacado.

Eso hasta que se enamoró de un joven que logró entrar a su paraíso, que prometió amor eterno y que finalmente la engaña, la abandona… la vuelve a buscar, la engatusa, la droga y para rematar… le corta las alas para con ello convertirse en rey ¿Muy Disney?

De ahí en adelante, Maléfica se vuelve obviamente muy, muy maléfica. El guión y la historia juegan de manera genial con el personaje magistralmente interpretado por una enigmática y poderosa Jolie, quien más que derrochar maldad, muestra cómo un hada puede perder la razón, los estribos y endurecer su corazón hasta la irracionalidad, por desamor, desilusión, desconfianza… y por la falta de un muy buen psiquiatra que le recete unas buenas dosis de Prozac.

La maldición de Maléfica cae sobre la hermosa y casi perfecta princesa Aurora, como venganza a los tormentos que ha vivido la protagonista de manos del ahora rey Stephan, interpretado por un sobrecargado y extremadamente sudafricano Sharlto Copley (Sector 9). Ella esperando el momento del cumplimiento de sus augurios, sucumbe poco a poco gracias a su relación con Aurora y también por su esclavo y juguete personal, Diaval, un cuervo que toma diversas formas a voluntad de maléfica y que termina siendo al final su Pepe Grillo, su confesor, su amigo y su guardián en los momentos culmines de la historia.

La dirección está a cargo de Robert Stromberg, un veterano premiado de las artes visuales y que incursiona como tal por primera vez en esta cinta. Su falta de rodaje y oficio en la película se nota, con momentos en que la historia cabalga de forma trepidante, para luego detenerse en detalles intrascendentes que poco o nada aportan. También, hay fallas en cuanto al diseño de sets y el trabajo de iluminación, que a veces molestan. Seamos francos, a estas alturas del milenio los espectadores se dan cuenta cuando están frente a arbolitos y paisajes similares a los de Plaza Sésamo o bien, animaciones tipo CGI plásticas y sobrecargadas como los que vimos en el Episodio I de la Guerra de las Galaxias.

Dejando de lado eso, la película se sostiene sola por la potente, pulcra y sobria actuación de Jolie, quien da clases por la prestancia que llena toda la pantalla, que conmueve corazones y que agita las almas de los espectadores. Angelina traspasa completamente la complejidad de un personaje que siendo bueno y poderoso, cae en la miseria por desamor, algo que finalmente termina siendo una maldición para ella misma y que la envuelve como un torbellino más que interesante.

Maléfica es una película que es totalmente recomendable de ver, que posiblemente haga historia por la novedosa forma en que Disney levanta un antihéroe desde las cenizas de un personaje pérfido y que cuando salga en disco, debe formar parte de su biblioteca.

Recomendación: No es una película infantil, no es recomendable para menores de 7 o 10 años.

Ficha Técnica:

Maléfica
97 minutos
Todo Espectador
Dirigida por Robert Stromberg
Ficha en IMDB