La compañía canadiense Cirque de Éloize está en plena presentación de “Cirkopolis”, obra ganadora del “Drama Desk Award” en 2014 y que según sus creadores, busca mostrar la máxima expresión del hombre que desafía a una ciudad máquina, la que come las conciencias de las personas.
La puesta en escena de Cirkopolis se sitúa en el flamante Teatro Municipal de Las Condes, espacio que cuenta con las comodidades necesarias para apreciar la obra en toda su dimensión, no importando la ubicación de la butaca y también, cuenta con suficientes estacionamientos subterráneos y seguridad como para llegar tranquilo y en familia.
El desarrollo dramático de la apuesta es bastante abstracto. La música que acompaña la obra es relativamente monotemática, mecánica, plástica, y poco amable. Y esto porque es parte vital de la puesta en escena de esta ciudad come conciencias y que juega mucho con elementos del Art Deco presentes en los años 30 y posteriores, donde la modernidad, las máquinas y la automatización eran un sueño compartido.
Si bien los once números circenses como contorsión, rueda Cyr, correas aéreas, clown, trapecio, mano a mano, palo chino, rueda alemana, báscula, banquine y malabares son de altísimo nivel y roban aplausos de la asistencia, el conjunto de Cirkopolis queda relativamente al debe al ser un espectáculo un poco abrumador por la puesta en escena basada solamente en proyecciones, un sonido abrumador y poco ecualizado y una secuencia histórica algo ilógica que no muestra mucho sentido en cuanto al porqué ocurren las cosas.
Los críticos entendidos de todo el mundo, incluyendo los de The New York Times, han alabado la muestra. Y si se analiza como es en su conjunto, resulta interesante, aunque nunca trascendente. Para aquellos que buscan tal vez encontrar un Cirque du Soleil a menor escala, se irán francamente desilusionados ya que Soleil es una fantasía artística que mezcla una fuerte secuencia argumentativa, mezclado con un espectáculo de nivel superlativo y una música inspiradora que si bien hace playback, intenta hacer malabares con sonidos en vivo. Éloize en cambio se muestra muy reducido, muy simple, muy pequeño, muy oscuro, muy plástico, por lo que no conviene siquiera tratar de hacer un paralelo.
Para los más entendidos, podrán ver que Cirkopolis recoge lo mejor del teatro y danza callejera que podemos ver en las manos de artistas en cada esquina de cada calle en el mundo. Estos mismos números lo vemos sobre las tablas del Teatro Municipal de las Condes, pero llevado a su máximo esplendor, con una rutina espectacular y con destrezas que arrancan sonrisas y aplausos. Pero no es más que eso.
Recomendado para la familia que gusta del arte y de este tipo de expresiones. No así para niños menores de 7 años, ya que se aburrirán.
Cirque de Éloize se presentará en 14 funciones entre el 17 al 27 de julio. Los precios de las entradas fluctúan entre los $16.000 a los $ 44.000.