Transformers 4 La Era de la Extinción: Igual A Un Big Mac

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Michael Bay se ha ganado el odio de la crítica internacional… Y sin bemoles: Se le ha tratado casi de un verdadero nazi del cine (Megan Fox), que sus películas ensalzan el barato patriotismo americano, que sus argumentos son plásticos, que sus obras están plagadas de errores y que privilegia la misoginia por sobre el papel fundamental de la mujer en una cinta… Podríamos seguir.

Y claro, cuando vemos escenas donde se te acelera el corazón de tantos bombazos y explosiones, diálogos insulsos que nada aportan a un filme, tomas sugerentes de los senos de la protagonista de turno y siempre, siempre es el macho quien peinado (pero algo golpeado) salva al mundo… da que pensar que su estilo está causando escozor, tanto como lo hizo John Woo y sus palomas en cámara lenta, las explosiones coreográficas y los duelos a pistola metida en la cara del contrincante.

Pero a pesar de eso, la taquilla abunda. Estando ya hace dos semanas en cartelera, Transformers 4 La Era de la Extinción, literalmente la está rompiendo en las boleterías. Siendo un viernes a las 18 horas, 6 cines capitalinos tenían agotadas las butacas… Algo debe estar haciendo bien Michael Bay entonces.

Con estos prejuicios encima, nos sentamos a disfrutar de su última obra, precedida por el fiasco de la tercera entrega, El Lado Oscuro de la Luna, que marcó la despedida de Shia LaBeouf de la franquicia, para así dar rienda suelta a su alcoholismo por las calles de Nueva York, tiempo después.

La cuarta parte, muestra un escenario más complejo que la crítica no ha sabido contar adecuadamente. Tras la batalla por Chicago, que hizo que millones de personas murieran, los humanos comienzan a cazar a los decepticones que alcanzaron a arrancar. Uno de los directores de la operación, Harold Attinger, interpretado magistralmente por Kelsey Grammer (Frasier), inicia la cacería, pero a todos por igual. Internamente se da una orden sin permiso presidencial para erradicar a los alienígenas de la Tierra ya que “es hora de recuperar nuestro hogar”.

Los autobots están extintos, sólo quedan 4 más Optimus Prime. En ese escenario aparece un granjero, inventor de robótica, fracasado y quebrado interpretado por un absolutamente olvidable y desechable Mark Wahlberg (Boogie Nights, El Francotirador), quien compra un camión como chatarra, hasta que se da cuenta que en sus manos tiene a Optimus. Con sus conocimientos lo reactiva y la película comienza a tomar forma… tras 45 minutos.

Los humanos van tras Optimus, ayudados por el cibertroniano Lockdown, poderoso guerrero cazarrecompensas que aniquila a Decepticones y Autobots por doquier, para quedarse con sus partes y también con el energón y sus chispas que dan vida. Su objetivo es recuperar un dispositivo llamado “la semilla” que destruye todo a su paso en un radio de decenas de kilómetros a la redonda, convirtiendo los elementos en el metal transformable que le da vida a los robots y que los humanos han bautizado como “transformium”. Ese elemento al ser arrebatado a Optimus es entregado a los humanos para que fabriquen el compuesto.

¿Muy complicado? Pues bien, en esta maraña semi oscura y militarizada, aparece Joshua Joyce (intepretado por Stanley Tucci), director y dueño de KSI, una de las corporaciones tecnológicas más grandes del mundo y quien gracias a la fundición de todos los robots capturados, pudo crear nuevos Transformers que son capaces de ser controlados a voluntad por los humanos. Su transformación es más veloz, ya que el metal adquiere la forma del vehículo de manera adaptativa.

Sumado ya al enredo, la trama devela que Megatron (el malo de la serie), dado de baja en la tercera parte, logra revivir ya que su cerebro nunca fue desactivado. Pudo infiltrarse en los sistemas de KSI y sigilosamente comandar la construcción de Galvatron, poderoso robot que tiene características mejoradas de Optimus Prime… pero que en realidad es la reencarnación del desaparecido.

Las batallas son por doquier, los diálogos tal vez extremadamente largos e insulsos, los efectos como siempre con pocos reparos a excepción de la escena cinemática con CGI, donde los principales personajes cuelgan de unos cables que unen la nave de Lockdown con un rascacielos mientras tratan de huir de él, y que se nota claramente un mal trabajo.

La aparición de los Dinobots, especialmente de Grimlock (uno de los más queridos de la serie gracias a su fuerza heredada de un Tiranosaurio Rex), es impresionante y a la vez, breve y poco trascendente. No se logró desarrollar la trama de los personajes, ni tampoco pudieron mostrar toda su fuerza y poder en los 15 minutos que aparecen en pantalla. Pero seamos claros, para los amantes de la cinta y de los juguetes, será un regalo.

No nos detendremos en los errores argumentativos garrafales que muestra la cinta, como por ejemplo ver a Optimus Prime, literalmente dando jugo en toda la película y sólo al final muestra que era capaz de volar (plop)… O cómo fue capaz de repararse y reconstruirse con bajo nivel de energón y una herida invalidante, con solo escanear un camión… Y cómo si estaba tan solo y siendo un Prime, no reclutó a nuevos autobots mediante su chispa suprema… Y podríamos seguir.

Batallas espectaculares, explosiones controladas, persecuciones extenuantes, fotografía interesante y musicalización como el caballito rampante son dosis necesarias para Bay, que en esta cinta funcionan mejor que la segunda y tercera saga. No así los placements que son tan burdos como el guion de una película porno… El 80% de los autos son Chevy (sabemos que pagan por estar ahí) y también Beats Audio, en dos menciones que estaban demás, junto con otros elementos que hacen que te sientas en un Kidzania cinematográfico.

La película en general es enredada, tiene pocas dosis de humor como sí la tuvieron en las dos primeras partes. Las actuaciones de los tres principales protagonistas (Wahlberg, su hija y el novio de esta) están totalmente demás. La de Grammer en cambio es sencillamente notable en cuanto a la maldad y el control que muestra dentro de su profundo desapego a la moral, tal como lo hizo genialmente en la serie Boston. Tucci en cambio y gracias a la mala dirección de Bay, no logra destacarse como el gran y complejo actor que es… Se le ve relativamente histérico y desbordado, a tal punto que cuando da un giro en sus acciones, se muestra forzado y poco creíble.

¿Resultado? Transformers 4 La Era de la Extinción se muestra como un buen combo Big Mac: Sabroso, llenador, tal vez cause indigestión, claramente poco saludable y hasta poco recomendable… Pero ciertamente que podría provocar que uno quiera repetirse en el futuro.

Como nota aparte… Todavía no logramos descubrir cómo un granjero, perdedor, nerd, cuyos inventos fracasan, que está quebrado, que es mantenido por su hija, pudo terminar matando robots de 15 metros, dando órdenes tácticas de comando especial en plena batalla y disparando de forma perfecta (a lo Master Chief) un arma alienígena que debe haber pesado unos 50 kilos, pero que parece que para él era de unos gramitos… Típico de Bay.

Lamentablemente no muy recomendable para niños menores de 7 años. Muy violenta para ellos y además, demasiado larga y enredada. Posiblemente salgan con indigestión. Para papás nerds algo treintones o cuarentones… la gozarán y hasta chillarán cuando vean a Grimlock ¡Uhhhh!… Nosotros al menos hicimos eso.

Ficha Técnica

Transformers 4 La Era de la Extinción
Dirigida por Michael Bay
Duración: 165 minutos
Calificación: Mayores de 7 años con control parental

Guía IMDB

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2 respuestas a Transformers 4 La Era de la Extinción: Igual A Un Big Mac

  1. Mario Romero dijo:

    Más enredada que Reforma Tributaria y más alargada que exposición de Paulsen. en Tolerancia ZZZZero.. esta 4º entrega de los armables es por lejos la más mala, odiosa y extensa de todas… ni siquiera tiene un hilo conductor, incoherencia creativa y casi 3 horas de bodrio puro. …Aguanté solo porque llevamos a nuestros hijos..

  2. Yuzz dijo:

    Definitivo: No quiero ser Optimus Prime
    Transformers 4 realmente fue un desafío. Después de la partida de Megan, uno podría conformarse con los gritos de Shia y la peculiar actuación de Torturro. Transformers fue desde un comienzo, un remember de esas mañanas de domingo propias de una infancia feliz, donde en la semana jugabas con tus compañeros de colegio a ser el escarabajo amarillo, un megalómano que se transformaba en pistola(Megatron) u un grandioso camión rojo, que al final todos se peleaban por ser. Luego de ver la cuarta entrega de la saga, creo que a Bay en su infancia le debe haber gustado jugar como el escarabajo amarillo (Bumbulbee) o un concorde (Silverbolt), o cualquiera menos, Optimus.
    Y hago hincapié a este último porque definitivamente, desde mi perspectiva, si yo fuera niño, luego de ver las 4 películas de Bay, nunca se me pasaría por la cabeza decir “Juguemos a los Transfortmers, yo soy Optimus Prime”… La verdad es que preferiría ser Wheelie antes que Optimus.
    La verdad el Sr. Prime se ha transformado en un pelmazo de marca mayor. Veamos que sucede:
    Trasnsformers The Movie: Al final, Prime está a punto de sucumbir, pero Sam interviene y con la ayuda del cubo derrota a Megatron.
    Transformers 2 : Optimus Muere y Sam lo tiene que revivir con la Matriz de liderazgo. Tiene que juntarse con las piezas de Jetfire y recién ahí puede hacer algo para derrotar a Megatron y al Caído (solo nica lo hace)
    Transformers 3: Primero Sentinel le saca la ñoña. Después Sentinel le vuelve a sacar la ñoña pero en el momento clave aparece Megatron quien elimina a Sentinel y luego Optimus pilla volando bajo a Megatron y lo elimina.
    Transformers 4: Optimus parte mal. Casi moribundo. Un flaco que con suerte sabe arreglar un walkman lo hace funcionar a medias. Pasa un rato y mientras va por la carretera escanea a otro camión y queda como nuevo (Casi como si hubiera comido una de las semillas del ermitaño de Dragon Ball Z). Galvatron le sacó la ñoña y luego lo repasa Lockdown. Lo único que hace, bien es aforrarle a Grimlock y sería. Luego en el enfrentamiento final contra el cazarecompensas robótico y cuando está a punto de ser borrado del mapa… lo salva un humano (Cade) quien empuña un arma extraterrestre como si fuera un colt de Clint Eastwood y este humano insignificante le hace más daño a Lockdown que el mismo Optimus. Y finalmente después de la batalla, cuando llega el momento del epílogo el Pastel Prime activa sus retropopulsores y sale volando al espacio profundo, cosa que hubiera hecho antes en la película y así habría sido bastante más eficiente en su tarea.
    En fin, Transformers 4 si bien tiene exceso de cámaras lentas (que de eliminarlas la película duraría 2 horas y no las casi 3), excesos de explosiones, un protagonista con menos carisma que un clavo oxidado entre otras cosas, tiene cosas buenas: El malo. Realmente Harold Attinger, interpretado magistralmente por Kelsey Grammer es impresionante. Está también Grimlock, Snarl, Slug y Swop. Me sobró la rubia geóloga, Mark Whalberg, Nicola Peltz y Jack Reynor. Y me faltó Shia LeBouf, Megan Fox y Jophn Torturro. Mención aparte para “Los Gemelos”.

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